Reflexiones

Se acerca ya el fin de este año en el cual las cosas no han sido fáciles, pienso que para nadie, pero tiene uno sus recompensas.
Los mejores amigos que con el tiempo se van añejando como los buenos vinos sin dejar que envejezcan para que no se hagan rancios y los buenos amigos que llegan cuando menos te lo esperas, que te hacen sentir renovada.
Renovación es la palabra clave para descirbir este año, en el que me sentía estancada en mi trabajo por lo que decidí tomar el diplomado de ilustración, en el que además de encontrar la respuesta a esa inquietud artística encontré muy buenos amigos. Hubo sus sinsabores pero eso es lo que sazona la vida.
Me despido esperando que el próximo año sea un buen año en todos los aspectos.

Buscando un punto intermedio

Se dice que cuando se termina un ciclo, las cosas pueden caminar a nuestro favor o no. Terminar este diplomado en el cual al principio sentía que estaba ocupando el lugar de alguien que quería titularse ( que podría ser cierto) y que yo lo estaba haciendo por simple esparcimiento y actualización.
Pero terminé dandome cuenta que fué más que eso, fue un periodo de mi vida muy rico en el que conocí gente muy talentosa, cada quien en su forma de trabajar, estilos, etc.
También un momento de llegar a conocer gente en lo personal tan valiosa en todos los sentidos.
Teniendo una maravillosa guía bajo la mano férrea pero dedicada de Guillermo de Gante y Enrique Torralba, dos magníficos ilustradores, que más puede pedir una. Un período que voy a extrañar mucho.